Cinco consejos para educar a los hijos
Sobre pautas para educar a los hijos hay una amplia literatura y muchos expertos. De ellos bebemos los que nos dedicamos ayudar a las familias en su labor educativa. La lista de estrategias, pautas, consejos y hasta recetas que existen es larga y exhaustiva.
Pero hoy me propongo algo complicado: resumir en sólo cinco, los consejos para educar a un hijo. No son los únicos, pero por lo menos, éstos habría que respetarlos siempre.
1. Dar buen ejemplo
Las personas y los niños aprendemos principalmente por imitación. Los hijos imitan lo que hacéis, lo que dejáis de hacer, lo que decís y cómo lo decís… Imitan actos y actitudes.
Vuestros hijos van aprender de vosotros, pero si vuestros buenos consejos son incoherentes con vuestros comportamientos, primero se desconcertarán, después aprenderán vuestra conducta incoherente.
Es así de crudo: ser padre, ser madre, os obliga a ser ejemplares.
2. Estar de acuerdo
El mensaje de papá y mamá no puede ser contradictorio. Si queréis educar a vuestro hijo, tendréis que estar de acuerdo.
El acuerdo debe ser en “las grandes cuestiones”: cómo queréis educarle, en las grandes decisiones sobre su educación, qué valores queréis inculcarle… Pero el acuerdo también es para “lo pequeño”: decidir sobre el día a día, sobre normas y decisiones cotidianas.
Cada uno tendrá su estilo y su impronta, pero el mensaje que el niño o la niña reciba de vosotros tiene que ser el mismo.
3. Disponer de normas
Los niños necesitan unos límites y unas normas. Si son muy cerradas, se asfixiarán; si son demasiado abstractas, se sentirán perdidos.
Las normas son las reglas de juego básicas, los límites dentro de los cuales se pueden mover con libertad. Las normas se refierenaspectos básicos: horarios, actividades, relación con las personas, organización familiar, seguridad personal, cumplimiento de las propias obligaciones, etc.
En las normas es clave que sean fácticas, es decir, que se cumplan y se respeten. No vale que estén formuladas como ideales y que luego no se exijan ni se cumplan.
4. Primero razonar
Somos seres racionales y eso hay que respetarlo y aprovecharlo. Razonar significa explicar el porqué de las normas, las consecuencias en uno mismo y en los demás de los propios actos, y hasta cierto punto, dialogar y negociar.
Con los niños pequeños el razonar es limitado, pero hay que intentarlo como primera opción. En los mayores, es imprescindible.
Como dicen muchos expertos: con los pequeños razonar menos y actuar más y, con los mayores, actuar menos y razonar más.
5. Amar
La relación padre-madre e hijo es una relación fundamentalmente afectiva. Amar significa abrazar, besar, cuidar, preocuparse de sus asuntos…
El amor es exigente, luego amar también es corregir, ayudar a mejorar y exigir lo mejor de cada uno. El amor sin exigencia, es pura ñoñería, leí una vez.
Por último, amar implica dedicar tiempo, la calidad es importante, pero hay un mínimo de cantidad que es indispensable. Dedicar a los hijos solo el tiempo que nos sobra un sería para que reflexionáramos y revisáramos nuestro ranking de preferencias.
Por supuesto que existen muchas más pautas y estrategias, pero como mínimo ¿Qué os parecen estas cinco? Os las recuerdo: dar buen ejemplo, estar de acuerdo, disponer de normas, primero razonar y amar.
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