lunes, 14 de octubre de 2013

Cinco consejos para educar a los hijos

Cinco consejos para educar a los hijos


Imagen tomada de Photl.com
Sobre pautas para educar a los hijos hay una amplia literatura y muchos expertos. De ellos bebemos los que nos dedicamos ayudar a las familias en su labor educativa. La lista de estrategias, pautas, consejos y hasta recetas que existen es larga y exhaustiva.
Pero hoy me propongo algo complicado: resumir en sólo cinco, los consejos para educar a un hijo. No son los únicos, pero por lo menos, éstos habría que respetarlos siempre.

1. Dar buen ejemplo
Las personas y los niños aprendemos principalmente por imitación. Los hijos imitan lo que hacéis, lo que dejáis de hacer, lo que decís y cómo lo decís… Imitan actos y actitudes.
Vuestros hijos van aprender de vosotros, pero si vuestros buenos consejos son incoherentes con vuestros comportamientos, primero se desconcertarán, después aprenderán vuestra conducta incoherente.
Es así de crudo: ser padre, ser madre, os obliga a ser ejemplares.
2. Estar de acuerdo
El mensaje de papá y mamá no puede ser contradictorio. Si queréis educar a vuestro hijo, tendréis que estar de acuerdo.
El acuerdo debe ser en “las grandes cuestiones”: cómo queréis educarle, en las grandes decisiones sobre su educación, qué valores queréis inculcarle… Pero el acuerdo también es para “lo pequeño”: decidir sobre el día a día, sobre normas y decisiones cotidianas.
Cada uno tendrá su estilo y su impronta, pero el mensaje que el niño o la niña reciba de vosotros tiene que ser el mismo.

3. Disponer de normas
Los niños necesitan unos límites y unas normas. Si son muy cerradas, se asfixiarán; si son demasiado abstractas, se sentirán perdidos.
Las normas son las reglas de juego básicas, los límites dentro de los cuales se pueden mover con libertad. Las normas se refierenaspectos básicos: horarios, actividades, relación con las personas, organización familiar, seguridad personal, cumplimiento de las propias obligaciones, etc.
En las normas es clave que sean fácticas, es decir, que se cumplan y se respeten. No vale que estén formuladas como ideales y que luego no se exijan ni se cumplan.

4. Primero razonar
Somos seres racionales y eso hay que respetarlo y aprovecharlo. Razonar significa explicar el porqué de las normas, las consecuencias en uno mismo y en los demás de los propios actos, y hasta cierto punto, dialogar y negociar.
Con los niños pequeños el razonar es limitado, pero hay que intentarlo como primera opción. En los mayores, es imprescindible.
Como dicen muchos expertos: con los pequeños razonar menos y actuar más y, con los mayores, actuar menos y razonar más.

5. Amar
La relación padre-madre e hijo es una relación fundamentalmente afectiva. Amar significa abrazar, besar, cuidar, preocuparse de sus asuntos…
El amor es exigente, luego amar también es corregir, ayudar a mejorar y exigir lo mejor de cada uno. El amor sin exigencia, es pura ñoñería,  leí una vez.
Por último, amar implica dedicar tiempo, la calidad es importante, pero hay un mínimo de cantidad que es indispensable. Dedicar a los hijos solo el tiempo que nos sobra un sería para que reflexionáramos y revisáramos nuestro ranking de preferencias.
Por supuesto que existen muchas más pautas y estrategias, pero como mínimo ¿Qué os parecen estas cinco? Os las recuerdo: dar buen ejemplo, estar de acuerdo, disponer de normas, primero razonar y amar.

www.jesusjarque.com

viernes, 11 de octubre de 2013

Leamos juntos






Bienvenidos al nuevo curso escolar. Os animo a que veáis este enlace, es muy interesante para animar, motivar y transmitir a vuestro hijo/a el gusto por la lectura. Además podréis redescubrir muchas cosas y sensaciones ya olvidadas, al mismo tiempo que vuestros hijos. 

http://wp.me/p2PNAH-6jd

viernes, 8 de febrero de 2013

Ya no se qué castigo usar



Quiero compartir con los padres este artículo creo que muchos nos sentimos así más de una vez.

Ya no se qué castigo usar



Mi hija tiene seis años y es un trasto. No consigo dominarla y ya no sé qué castigo usar con ella, porque parece que ninguno hace efecto. Le he quitado lo que más le gusta, he utilizado “la silla de pensar”, le regañó y nada… ¡urgente! ¿Qué hago?

Este es un caso bastante representativo de lo que muchos padres y madres comentan y se lamentan.
Aunque la información sobre el caso es incompleta, sin embargo vamos aportar algunas ideas.
CAMBIO DE ESTRATEGIA
La primera recomendación es cambiar la estrategia. En lugar de centrarse en castigar las conductas inadecuadas, lo mejor, aunque no se lo crean, es reforzar el comportamiento que queremos que la niña muestre, reforzar las conductas adecuadas.
Delimitar las conductas
Esa estrategia obliga a tener claro cómo queremos que se comporte, tratando de definir las conductas que queremos que muestre. Después centrarse en esas conductas mejor que en los comportamientos negativos.
¿CÓMO REFORZAR?
Hemos quedado que la estrategia consiste en reforzar aquellas conductas que consideramos adecuadas. Sin embargo, muchos padres identifican refuerzo con premio, y administrar premios lo identifican con algo material.
Técnicamente el refuerzo no es un premio y mucho menos tiene que ser algo material. Algunas formas de reforzar que resultan muy efectivas son:
  • Prestar más atención a las conductas positivas.
  • Elogiar y aprobar esas mismas conductas.
  • Conceder algunos pequeños privilegios cuando estos comportamientos adecuados aparecen.
Si reforzamos las conductas adecuadas lo que ocurrirá será queaumentará la probabilidad de que estas vuelvan a aparecer.
Evitar incoherencia en la aplicación de castigos
Los castigos que la madre de nuestro caso utiliza, a veces se emplean de forma incoherente: unas veces sí, y otras veces, no se aplican, aunque las circunstancias sean similares.
Otras veces  se llevan a cabo dependiendo del ánimo con el que se encuentre. Además en muchos casos los castigos son más bien fruto de la ira y no una medida educativa.
SI EL MAL COMPORTAMIENTO CONTINÚA
Cuando a pesar de reforzar  el mal comportamiento continúa, entonces se pueden utilizar de forma progresiva algunas de las siguientes medidas:
Ignorar y desaprobar
Ignorar esas conductas, es decir, no prestarles atención. Esto es efectivo siempre que sea posible de llevar a cabo.
Desaprobar el comportamiento, es decir llamar la atención o utilizar la reprimenda ante esos comportamientos negativos.
Retirar privilegios
Otra estrategia consiste en retirar algunos privilegios, esas cosas que sabemos que le gustan: dibujos, videojuegos, teléfono…
Parece resultar más efectivo cuando previamente el niño sabe que se le va a retirar por determinadas conductas. También es más eficaz cuando se retiran por un tiempo limitado. Por ejemplo, retirar un videojuego durante una tarde es igual de efectivo que hacerlo durante toda una semana, y además más fácil de llevar a cabo.
Espero que con estas orientaciones pueda ayudar a todos los que se encuentran en una situación similar.
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lunes, 4 de febrero de 2013



 Dedicado a los padres que siempre estamos muy ocupados y estresados. Vuestro hijo crecerá y no volveréis a tener esta oportunidad. Dad prioridad a crear vínculos afectivos positivos, Dasfrutad de ver crecer a vuestro hijo, es cuchadlo, sabed lo que piensa y contadle lo que vosotros opinais sobre las cosas. ¡Ánimo!

Leer cuentos a los hijos

 

CuentoHoy les propongo una tarea que no necesita muchas explicaciones y que seguro que todos los padres y madres conocen: leerle cuentos a sus hijos. Ya sé que muchos lo hacéis, pero esta entrada va dirigida a los que sois menos constantes en llevarla a cabo o necesitáis un “empujoncito” porque se os está olvidando.
Tomáis un libro de cuentos y se lo leéis lentamente. La noche, antes de ir a dormir, es un buen momento para hacerlo. Si sois capaces, dais diferentes entonaciones a las situaciones y personajes. Si el cuento es demasiado largo… lo leéis en varias noches.
La lectura de cuentos despierta la imaginación y creatividad de los niños y a la larga es una medida eficaz de fomento de la lectura. Además es una actividad agradable que papá o mamá hacen juntos y que favorece la relación con ellos. Si tenéis varios hijos de edades similares, lo pueden escuchar todos juntos.
Con niños un poco mayores,desde los cinco o seis años os animo a leer otro tipo de lecturas más amplias que un cuento, pero de literatura infantil y juvenil: ¿os acordáis de “los Cinco”? ¿De las aventuras de Tom Sawyer? A este tipo de lecturas me refiero. Aunque solo sean una páginas cada noche. Y si en algún momento os piden el libro para leerlo solos… es una manera estupenda de animarlos a la lectura.
Los que no lo hacéis os animo a empezad esta costumbre y cada noche le leéis un cuento o una páginas de lectura.
Y los que ya lo practicáis: os animo a comentar vuestra experiencia.
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viernes, 1 de febrero de 2013


Adelante, pincha aqui y tendrás a tu alcance un montón de dibujos para colorear y muchas posibilidades más...

http://www.hoydibujosparapintar.com/

Adivina siluetas



Os presento una actividad tranquilita para los más pequeños, trabajarán la atención y la discriminación visual: Adivina siluetas 
https://mail.google.com/mail/ca/u/0/?shva=1#inbox/13c9357af0c1ade3

viernes, 25 de enero de 2013


Cinco modales que les animo a enseñar

Una  persona educada es aquella que actúa de tal manera que hace que los que están a su alrededor se sientan cómodos. Esa “buena educación” se manifiesta de una manera muy concreta y práctica en lo que todavía se llaman “buenos modales“.
No sé cuál es su experiencia; la sensación que tengo en el contexto en el que me muevo habitualmente es que los modales escasean, que esto suele ser molesto y que la carencia de modales no depende de la edad.

Como padres y madres les animo a que enseñen a sus hijos estos 5 modales básicos. Parecen pocos, pero si la mayoría de las personas los practicaran, la convivencia sería más agradable. Los dirigo a las familias, sí, porque es en casa donde se deben de aprender; en la escuela los deberíamos reforzar y aumentar, pero donde se aprenden los buenos modales y la buena educación es en el hogar… y es gratis.
Los cinco modales
1. Saludar al llegar a un lugar
Cuando se llega a un lugar donde hay otras personas, como la consulta del pediatra, el ascensor de la vivienda, la panadería, la peluquería, el kiosko… se dan los buenos días, las buenas tardes u otro saludo similar.
2. Pedir las cosas “por favor
Cualquier petición o demanda que se realiza, se le añade al principio o al final, la coletilla “por favor“. Sí, aunque estemos en nuestro derecho, sea la obligación de quién nos lo da… No abusemos del imperativo: al comprar algo, pedir a un compañero, al hacer una demanda a un miembro de la familia, a un amigo…
3. Dar las gracias
Cuando nos responden, nos atienden, nos entregan algo (aunque lo hayamos comprado), nos prestan una ayuda… damos las gracias.
4. Despedirse de un lugar
Decimos adiós, hasta luego… cuando nos vamos de un lugar donde hay otras personas, nos despedimos: a la persona de la caja que nos ha cobrado, a los pacientes que esperan la sala, al salir del ascensor…
5. Pedir disculpas
En ocasiones molestamos a otras personas sin intención: un pequeño empujón, una interrupción… Pedimos disculpas con un simple “perdone” o “discúlpeme“, o simplemente cuando nos hemos equivocado y hemos podido contrariar a alguien.
Estos son modales para practicar con todas las personas con las que nos relacionamos: extraños en la calle, vecinos, compañeros y también por supuesto, con la familia y amigos más cercanos.

Cómo enseñarlos
¿Cómo pueden enseñárselos a sus hijos? Es muy fácil, les propongo estas estrategias de sentido común:
1. Enseñarlos directamente
Enséñele cada uno de los modales directamente, por ejemplo: “mira, cuando se lleguemos a la consulta del médico, diremos bajito buenos días para saludar a la gente que está allí esperando“. “Cuando se pide algo, hay que hacerlo siempre por favor“.
2. Dar ejemplo
Si ustedes como padres y nosotros como educadores practicamos los modales, será la manera más eficaz de enseñarlos: ¡demos ejemplo!
3. Corrija si es necesario
Corregir a los niños indicándoles como tendrían que haber actuado es otra manera eficaz de enseñarles. “Cuando el señor te ha dado el helado, tenías que haberle dado gracias“, por ejemplo.
4. Elogiar cuando los practican
Por su parte, cuando su hijo o hija ponga en práctica alguno de los buenos modales, no dude en elogiarlo y reconocérselo; será la manera más concreta de indicarle cómo espera que se comporte la próxima vez.

En resumen, los cinco modales que les propongo son:

1.  Saludar al llegar
2.  Pedir las cosas por favor
3.  Dar las gracias
4.  Despedirse
5.  Pedir disculpas
Y las estrategias para enseñarlos:
1.  Enseñarlos directamente
2.  Dar ejemplo
3.  Corregir si es necesario
4.  Elogiar cuando lo practican

Les animo de veras a poner en práctica estos cinco modales. Seguro que ustedes hechan en falta algunos más. Si es así, les pido que con sus comentarios amplíen la lista.



No lo sobreprotejas


Los educadores y  profesionales que trabajan con niños y jóvenes con necesidades educativas especiales (n.e.e.) suelen insistir a las familias en que no sobreprotejan en exceso a sus hijos. Puede decirse que es una “queja habitual” de los que trabajan en este campo.
Las familias, por su parte, también manifiestan su malestar ante la insistencia de los educadores: se sienten incomprendidos en esta actitud y no siempre alcanzan a entender la importancia de esta exigencia.
¿De qué conductas estamos hablando?


Cuando se habla de sobreprotección excesiva, se refiere a conductas como las siguientes:

·         Realizar en lugar de los hijos, aquellos aspectos referentes al autocuidado, higiene personal, alimentación, vestido… que podrían hacer por sí mismos o serían capaces de aprenderlo.
·         Estar excesivamente pendientes de su seguridad, impidiéndoles moverse o actuar con cierta libertad, por miedo a que le pueda ocurrir algo.
·         Reaccionar con prontitud ante cualquier contratiempo o dificultad, no dando la oportunidad a que los chicos o chicas intenten resolver por ellos mismos los problemas o inconvenientes con los que se encuentran.
·         Mostrarse excesivamente compasivos sin necesidad.

Actitud comprensible
Que las familias de los niños y jóvenes con n.e.e. sean sobreprotectoras en exceso es una actitud comprensible. Probablemente solo estando en su piel se alcanzaría a comprenderlo. Es posible que esta sea la respuesta natural e instintiva a verlo más vulnerable e indefenso.
También es una forma de manifestar el amor incondicional, de hacerle la vida un poco más agradable, haciéndole las cosas más fáciles. Probablemente, la sobreprotección excesiva sea para las familias una forma de “hacer algo por ellos”, de sentirse útiles como padres y no permanecer con los brazos cruzados.

Por qué no es adecuada
Sin embargo, la sobreprotección excesiva, aunque resulte comprensible, es una actitud inadecuada porque en el fondo, ralentiza el desarrollo de la propia autonomía personal.
Cuando se habla de niños y jóvenes con n.e.e. el objetivo principal de la intervención educativa es desarrollar al máximo su autonomía personal. Es decir, que en la medida de sus posibilidades, estas personas consigan el máximo nivel de autonomía y por tanto, cuanto menos dependientes sean, mucho mejor.
Para unos chicos, por sus condiciones personales, esta autonomía será muy limitada, pero para otros muchos, las posibilidades de autonomía son mayores. La sobreprotección excesiva frena el desarrollo de su autonomía y aumenta la dependencia.

¿Qué hacer entonces?
Para estimular la autonomía la norma general puede ser que todo lo que su hijo o hija pueda hacer por sí mismo, sin poner en peligro evidente su seguridad, que lo haga.

Se puede concretar en algunas actuaciones como las siguientes:

·         Que realice en casa todos aquellos hábitos de autonomía referentes a higiene personal, autocuidado, vestido, alimentación, etc que tiene adquiridos en el centro educativo. Hablen con sus educadores y hagan una lista de aquello que es capaz de hacer.
·         Tómense como compromiso que aprenda a hacer por sí mismo uno o dos hábitos al mes, dentro de sus condiciones personales. Igualmente hablen con sus educadores y le podrán indicar qué hábitos son más adecuados afrontar y cómo enseñarlos.

·         Cuando se encuentre con una dificultad o inconveniente, no intervengan de inmediato: denle unos instantes para que intente buscar alternativas y solución. Si es necesario, pueden ayudarle facilitándole pistas u orientaciones para resolver la situación.

·         Piensen que desarrollar su autonomía es lo mejor que educativamente pueden hacer por su hijo o hija: eliminen pensamientos de compasión o la idea de que ustedes lo pueden hacer mejor y más deprisa.

·         Aleccionen a los demás miembros de la familia. A veces, los que favorecen la sobreprotección no son precisamente los padres sino otros familiares. Anímeles a contribuir al desarrollo de su autonomía.

·         Refuercen a su hijo o hija por los logros que en este aspecto consiga y háganle sentirse satisfecho por las conquistas realizadas.

Cambiar actitudes de sobreprotección por actitudes de desarrollo de la autonomía personal, no debe ser fácil, al contrario, es complicado y requiere determinación. Probablemente se encontraran con personas a su alrededor que no les comprenderán y reprocharán su cambio de actitud.

Los educadores, personas formadas especialmente para ello, le animarán y le ayudarán a entender que están realizando lo correcto. Desde este Blog os doy mi ánimo y apoyo.